Un viaje en barco por el ro Congo permite a las familias asistir al templo

Publish date: 2024-08-27

Después de esperar durante dos años a que las restricciones ocasionadas por la COVID-19 se flexibilizaran —y mucha fe, planificación y sacrificio económico— 41 miembros de la Iglesia de Brazzaville, República Democrática del Congo, cruzaron el río Congo en un barco para entrar al Templo de Kinshasa República Democrática del Congo.

Brazzaville y Kinshasa son las dos capitales más cercanas del mundo, pero están separadas por el río Congo, uno de los más caudalosos del planeta, explicó la Sala de Prensa de la Iglesia en África (en inglés). Los viajeros deben cruzar el río en barco, ya que no existen puentes que unan ambas ciudades.

El grupo estaba formado por padres que pudieron sellarse a sus hijos y por jóvenes adultos que recibieron sus propias bendiciones del templo. 

“Esta fue una experiencia espiritual inolvidable para los miembros de Brazzaville”, dijo el presidente Francois M. Mukubu.

También puso énfasis en la preparación que los miembros habían realizado para asistir y la reverencia que los adultos y los niños habían demostrado por el templo. “Todos los obreros y obreras del templo estaban muy felices de compartir esa hermosa experiencia con estos hermanos y hermanas”.     

Los miembros hablaron sobre la planificación, el sueño de asistir al templo y la sensación de que les faltaba algo. Sin embargo, dijeron que, cuando estaban en el templo sintieron consuelo y paz y estaban agradecidos por que Dios lo había hecho posible. 

Además de esperar a que se levantaran las restricciones ocasionadas por la COVID-19, el grupo también tuvo que pagar por su alojamiento y la corta, pero costosa, travesía del río. 

El templo de Kinshasa —el primero en la República Democrática del Congo— se dedicó en 2019. Se está construyendo un templo en Lubumbashi, cuya palada inicial se llevó a cabo el pasado mes de agosto y también, durante la conferencia general de octubre de 2021, se anunció un templo en Kananga.

En abril de 2022, el presidente Russell M. Nelson anunció los planes para construir un templo en Brazzaville, República Democrática del Congo. Una vez que esté terminado, los miembros de ese país ya no tendrán que cruzar el río Congo para asistir al templo.     

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